domingo, 30 de enero de 2011

La lectura como viaje, el libro como itinerario, trayecto, recorrido y periplo, lectores que dejarán su huella y trazarán un camino:
Leyendo en plazas, sentados en bancos, deambulando por la calle, solos o en compañía; en un viaje interior de lectura íntima o leyendo a quien quiera escuchar...

, “hay que partir, entrar en una vida nueva y distinta. Los viajes son algo así como una puerta por donde se sale de la realidad conocida, para penetrar en una realidad inexplorada que parece un sueño. ¡Una estación! ¡Un puerto! ¡Un tren que silba y escupe su primera bocanada de humo! ¡Un gran vapor que sale lentamente de la bahía pero cuyos flancos se estremecen de impaciencia y que va a a desaparecer en el horizonte, en demanda de nuevas tierras! ¿Quién puede ver esto sin envidia, sin sentir que se despierta en su alma el anhelo de los largos viajes? Se sueña siempre en un país preferido, quien en Suecia, quien en las Indias, éste en Grecia, aquél en el Japón. Yo me sentía atraído hacia el África de un modo imperioso, por la nostalgia del desierto desconocido como por el presentimiento de una pasión que va a nacer.”
 AL SOL (Au soleil) Guy de Maupassant